jueves, 23 de marzo de 2017

Entrevista a Pablo Navarro

Uno de los invitados especiales de los actos conjuntos de Festival Nonstop y de Mecal fue Pablo Navarro, director de animación y animador senior que ha trabajado en un gran número de películas, sobre todo europeas, como "El Cid: La Leyenda", "Nocturna", "The Congress" de Ari Folman, "Khalil Gibran's The Prophet", o la reciente "Ethel & Ernest", entre otras, así como en varios spots comerciales.
Pablo nos ofreció una entrevista en exclusiva, en la que nos interesamos en primer lugar por sus inicios como animador, puesto que nos consta que el actual director de animación se formó de manera autodidacta.En efecto, según cuenta Pablo: "Yo soy argentino, y mi familia no tenía muchos recursos, así que el hecho de plantearles que quería ser artista llevaba consigo la pregunta '¿de qué vas a comer?'. Era difícil, pero tuve la suerte de encontrar una oportunidad. Yo dibujaba desde que me acuerdo: mi madre pronto se dio cuenta de que si yo tenía un boli y un papel no me movía ni destrozaba la casa, y crecí con aquellos comentarios de 'qué bien dibuja el nene' que me hacía mi abuela, que me hicieron creer que yo era la ostia, y en aquel momento yo creía que un artista lo podía hacer todo: desde un cómic, hasta la capilla Sixtina pasando por el dibujo animado. Yo tenía formación de electromecánico, que me habilitaba para hacerme cargo de una cadena de montaje de automóviles por ejemplo, pero preferí irme del campo donde vivía a la ciudad, a Buenos Aires, para probar suerte. Y tuve la fortuna de encontrar un estudio donde necesitaban gente - porque no había gente por aquel entonces - y ahí fue donde me di el palo con la realidad de que de hecho no sabía nada. Entonces mi primer curro fue de entintador: cogía los dibujos de los animadores y los entintaba a Rotring, y así empecé... pero yo quería animar, quería estar en el tablero donde estaban ellos.
Es en este punto donde Pablo Navarro recuerda las dificultades que encontró en su aprendizaje: "La mayor dificultad que tiene el autodidacta es la lentitud con la que llega el conocimiento, y el hecho de que todo tienes que descubrirlo tú con mucha constancia y superando frustración tras frustración y teniendo el sentido común necesario para discernir, aunque en aquella época era más fácil porque el conocimiento venía mediante el boca a boca, preguntando a algún animador que te contaba alguna cosa, o con el poco inglés que sabía, comprando algún libro de animación, donde lo que estaba impreso sabías que era verdad. En cambio ser autodidacta hoy, como me pasa con muchos alumnos o gente que se quiere dedicar a esto, tiene el peligro de que empiezan a buscar en internet y hay tanta y tanta información y tanta opinión de gente que no tiene ni idea, que es difícil filtrar lo que es verdad de lo que no. Todo el mundo te da el secreto del universo, todo el mundo te da las llaves del reino.. incluso me ha pasado que alguna vez me han mostrado una caminata, donde los brazos estaban mal, se movían igual que las piernas y no había overlap, pero decían que lo habían sacado de un tutorial de un tío de Pixar. Resulta que este tío de Pixar lo hizo mal o se equivocó y no se dio cuenta y lo colgó, y hay un montón de gente copiando mal una caminata porque es de Pixar". Y es aquí donde el experimentado animador añade un sabio consejo para los animadores que empiezan:"Más que copiar, hay que saber el porqué de las cosas; si me preguntas cuáles son mis palabras preferidas te diré que son 'porqué' y 'cómo': con ellas siempre obtienes por lo general una respuesta interesante".


Como animadores o estudios de referencia, Pablo Navarro admite que de la época moderna admira mucho a Brad Bird; en cambio: "Cuando era pequeño mi referencia siempre fue Disney, al punto de que nunca me hice un tatuaje sabiendo que no podías entrar en la Disney si tenías tatuajes. Estamos hablando de que era el año 95 cuando empecé con esto con el primer trabajo que entinté, cuando la Disney estaba en una de sus épocas doradas y había sacado películas como 'La Bella y la Bestia', 'Aladdin', 'El Rey León'.. que eran el fruto de los consejos que aquellos viejitos llamados los Nine Old Men habían pasado a esa generación de animadores. Por tanto mis referentes son de la época clásica de Disney, en particular Frank Thomas y Ollie Johnston, y tengo mucho respeto a lo que hizo el Sr. Disney, porque sin él no existiría la animación como la conocemos: los principios los crearon ellos, más allá de los que critican a tanta princesita cantando. Una de las cosas que explico a mis alumnos muchas veces, cuando explicamos los métodos de animación y alguno dice que él no quiere aprender animación clásica sino animé, es que lo que no saben es que los japoneses sacaron el estilo del manga y del animé de 'Bambi', que fue la última película de Disney que pudieron ver antes del embargo a causa de la guerra, de modo que el tamaño de los ojos, la forma.. todo viene de 'Bambi'".

El caso es que no fue exactamente a Disney donde este cuidadoso animador fue a trabajar cuando dejó atrás sus inicios en Argentina como animador y supervisor de equipos para cine y TV, sino a Valencia para ejercer de director de animación de la película "El Cid: La Leyenda", de José Pozo, desde Toon Factory. Tras su experiencia allí estuvo realizando trabajos en Galicia, Barcelona y Madrid para echar raíces finalmente en la ciudad condal, desde donde ha continuado desarrollando su carrera trabajando tanto en publicidad como en diversos largometrajes europeos de animación, a algunos de los cuales hemos hecho referencia más arriba.
Por ello le preguntamos a Pablo si se hubiera imaginado trabajando en películas tan diversas y con tantos estilos diferentes de haber estado integrado en un gran estudio como Disney; ¿habrían sido muy diferentes las cosas? Según él: "Me pasó en cierta manera cuando estuve en el departamento de animación de Filmax, que cerró, y no sólo por el hecho de que haces colegas y les ves todos los días, sino por la retroalimentación de estar con más artistas y estar desarrollando no un estilo, pero sí una constancia del trabajo. Que es extremadamente opuesto a lo que pasa en publicidad, donde cada semana tienes que hacer algo distinto, y eso está bien pero te lleva a desear también algo de equilibrio".
"Cierto que al principio yo quería entrar en la Disney - añade nuestro interlocutor -, pero nunca me sentí suficientemente preparado para enviarles mi portfolio, y llegó un punto en que me tocó supervisar a gente que había trabajado en Disney o gente que venía de estudios potentes, y me decían que enviara. Y cuando finalmente envié cerraron el departamento de animación 2D y me quedó la espina clavada".
En cualquier caso, la experiencia le ha dado a Pablo Navarro la perspectiva suficiente para valorar que realmente no se ha perdido gran cosa: "Lo que pasa es que uno cuando empieza en la carrera muchas veces está encantado por lo que oye de que en Pixar les dan donuts cada día o tienen un gimnasio dentro.. y un colega me contaba '¿Sabes por qué tenemos un gimnasio en Pixar? Porque no sales en todo el día de Pixar. Vives allí dentro'. Mucho trabajo lo hay como en cualquier otra producción, aunque sea en un pequeño estudio. Lo que pasa es que uno idealiza, lo ve todo de color de rosa como se muestra en los making of, donde todo es fantástico y no aparece nadie dándote con un látigo en la espalda. Pero a lo largo de los años he currado con mucha gente, como Bill Perkins, jefe del departamento de animación de Disney, a quien un buen día le dijeron que se tenía que ir, algo feo; o Glenn King, que me reconocía: 'yo animaba, pero tenía a un equipo donde los animadores eran amigos de no sé quien pero no sabían nada, y yo tenía que llevarme su curro a mi casa cuando terminaba y hacerlo yo'. Así que me decía, os está pasando lo mismo que me ocurre a mí afuera, y yo creía que estábais en la meca, pero es la meca con los mismos problemas. Y encima sin poder de decisión. Entonces, he encontrado mucha más libertad, entre comillas, porque la animación no puede ser una democracia sino que tiene que ser una dictadura donde alguien tiene que decir lo que hay que hacer y cómo hay que hacerlo.
Así que Pablo concluye: "Quizás tener a Pixar o a Dreamworks en el currículum mola, pero hace dos o tres meses curré en una película, 'Middle School: The Worst Years of my Life', donde el estudio que me lo encargó era de Ken Duncan, que era animador de la Disney, y cuando estaba animando los planos me dijo que le molaban, y para mí aquello fue como si me hablara Superman, porque le admiro mucho; me comentó que le hubiera encantado que hubiera estado en su equipo en Disney. No estuve pero fue como si hubiera estado. Entonces, si hoy tuviera una oferta de Disney para trabajar allí y otra oferta de un estudio pequeño para trabajar en un proyecto que me interesara más, me iría al estudio pequeño".
Según Pablo: "Lo que importa es que si te contratan por lo que eres y por lo que sabes hacer, que te dejen hacer". En este sentido el animador recuerda un caso que le afectó en Barcelona, en el estudio Mariscal, donde fue contratado como director de animación durante la preproducción de "Chico y Rita", pero cuando quería organizar las cosas de cierto modo le decían que no, entrando según él lo recuerda "en un juego perverso en el que fui contratado por lo que sabía, pero no me lo dejaban hacer". "En muchos estudios pasa eso - añade Pablo - te contratan por lo que sabes hacer, pero luego no te lo dejan hacer. Y eso me pone loco. Si la película es de autor intento escapar, porque el autor te intenta utilizar como si fueras una extensión de su brazo y te pueden volver loco".


En su trabajo Pablo Navarro se ha podido desarrollar tanto en 2D como en 3D, y en este sentido también recuerda algunas dificultades con las que se ha podido encontrar intentando supervisar a equipos de animadores 3D: "Lamentablemente he caído en estudios que me han contratado porque era animador 2D y me han hecho la vida imposible precisamente porque era animador 2D. O te hablan de forma muy técnica: uno está hablando de movimiento y ellos están hablando de 4 grados en el eje Y, y al fin y al cabo ven la animación en ceros y unos, cuando no se debería. Te podría estar hablando cuatro horas contando historias de terror que han pasado en torno a eso". Según lo ve Pablo: "En general ocurre mucho que se toma la animación 3D como la evolución de la animación 2D, y es un medio absolutamente distinto: lo que percibe el espectador, cómo lo lee el espectador y lo que espera inconscientemente de un tipo de animación o del otro es distinto. A la hora de la performance que puedas hacer o del tipo de animación que puedas hacer es distinto. Ahora bien, los principios son los principios y lo rigen todo, y eso no cambia; lo que pasa es que el aspecto técnico mata lo que pueda hacer el animador o el director de animación: no se puede ver como ceros y unos". A este respecto añade el animador argentino: "Yo estoy especializado en mecánica animal y he estado con gente que está en ILM o que han hecho las criaturas de 'Avatar' y qué se yo, y les he explicado cómo enfoco el movimiento de una criatura, para lo que utilizaría comparativas y estudiaría la biomecánica para ver qué es lo que pasa, y ellos me dicen que no, que ellos han encontrado una forma de animar más directa en base al software o en base a las curvas de animación, y pasa lo que pasa: que ves que queda molón, queda resultón, pero, en el momento en que empiezas a rascar, los centros de gravedad no funcionan, ...lo que en una caminata es pérdida constante del equilibrio no se da, nada funciona en realidad. Es uno de los retrasos del 3D, que todo flota".
Pablo añade: "Yo he animado en 3DStudioMax, en Softimage y en algún otro software cuyo nombre no recuerdo, pero es tan cambiante todo que lo que aprendes hoy, al año siguiente es otro módulo y te lo tienes que volver a aprender; o vas a un estudio grande y está tan tuneado el software que te tienen que dar unas clases de cómo animar con eso. En definitiva, lo que vale es lo que tú sabes de animación, no lo que sabes del software, y para aprender animación y poder decir 'soy animador' son mínimo diez años.
Eso sí, Pablo quiere que quede clara una cosa en relación al 3D: "Que conste en acta que no estoy peleado con la animación en 3D, me gusta; lo que pasa es que he tenido malas experiencias con gente o equipos enteros que, intimidados por la experiencia que tenía o el medio del que venía, te refutaban todo lo que decías porque lo habías dibujado con líneas sobre un papel".

Es en este punto donde nos interesa conocer la técnica de animación de Pablo Navarro, que preconiza un método donde le gusta distinguir y aplicar al mismo tiempo técnica y psicología. Según Pablo: "Intento escaparme de fórmulas que dictan por ejemplo que si quieres hacer a un personaje que está triste le bajas la cabeza y le subes los hombros y ya está. La animación debe basarse en las palabras 'cómo' y 'porqué': el movimiento es una cosa, toda la técnica y los doce principios, que uno acaba usando de la misma manera que hace para respirar, se dirigen a que el movimiento sea fluido, que tenga el timing necesario, que sea creíble en cuanto a movimiento. Pero el movimiento es consecuencia de una emoción, nada más: o sea, si tras el personaje que estamos animando no podemos mostrar una emoción que le lleva al proceso mental que le lleva a moverse, hay algo que falla. Si nos fijamos en el movimiento nada más, hay una carencia; hay que buscar siempre en el plano o la secuencia de animación porqué el personaje está actuando de un modo determinado, qué le está pasando por la cabeza, qué emoción está sintiendo para actuar de ese modo. (...)Toda acción es a causa de una emoción o de un proceso mental, y si no tenemos eso en cuenta simplemente tenemos monigotes que se mueven, quizás de forma molona o cool, pero sin transmitirnos nada. Es increíble el cambio que da cuando se afronta un plano desde ese punto de vista, porque realmente estás comunicando algo a la audiencia, y estás logrando lo que hay que lograr con esto, que es la empatía de la gente, y la empatía lleva al entretenimiento".

Finalmente le preguntamos a Pablo Navarro por un proyecto propio que sabemos que tiene entre manos:
"Sí, estoy acabando el guión y armando un trailer. Lo que pasa es que es un proyecto en el que estamos implicados un guionista y yo, y lo hacemos en los ratos que tenemos libres, haciendo un poquito cada vez, un poquito cada vez.. y va lento. Hemos hecho algún pitch ante alguna productora que sabiendo de ello se ha mostrado interesada; pero es un proyecto para adultos, en el sentido de que es una historia adulta, no porque haya desnudos frontales, y enseguida se lo quieren llevar al target infantil proponiendo que el protagonista lleve un mono al hombro o que adopte un perro, y no es una historia de ese tipo. Algún día encontraremos a alguien que entienda y quiera el proyecto tal como es".

Así es pues Pablo Navarro, un artista con las ideas propias bien afianzadas que logra animar fantásticamente, como se puede ver en todas las películas y producciones publicitarias en las que ha participado. Esperamos de esta entrevista que os haya acercado un poco más a su trayectoria y a su modo de ver la animación.

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