sábado, 23 de septiembre de 2017

La LEGO Ninjago Película

La que constituye la tercera película - y la segunda de este año - de la franquicia LEGO se presenta en esta ocasión como un divertido homenaje a las películas asiáticas de kaiju y artes marciales efectuado con ese filtro de irreverencia y humor adulto que tan buen rédito ha dado a la apuesta de Warner por la marca de juguetes, aunque igualmente pone de manifiesto cierto agotamiento de la fórmula y la necesidad de estrecharse más los sesos en busca de buenas ideas si se quiere seguir exprimiendo el producto.


Esta vez la acción se desarrolla en la ciudad de Ninjago, donde el joven Maestro Constructor Lloyd, conocido como el Ninja Verde, y sus amigos ninja, guiados por el maestro de Kung-Fu, Wu, deben derrotar al malvado señor de la guerra Garmadon, que está obsesionado por ganar el dominio de la urbe, y además resulta ser el padre de Lloyd, que nunca le ha perdonado que le abandonara cuando era apenas un bebé. El épico enfrentamiento pondrá a prueba a este feroz pero indisciplinado equipo de ninjas, que deberán aprender a conocerse realmente y aunar sus esfuerzos para desatar su verdadero poder.
Charlie Bean, Paul Fisher y Bob Logan dirigen esta entrega, en cuya concepción han concurrido hasta seis guionistas - Bob Logan, Paul Fisher, los hermanos William y Tom Wheeler, Jared Stern y John Whittington - y que ha contado en la producción con Phil Lord y Christopher Miller, directores de la película original. Tantas mentes no han conseguido sin embargo mantener el nivel de ese original invento que fue el primer largometraje y evitar que el uso de la marca aparezca simplemente como una idea de márketing en lugar de como un recurso necesario. Lo cierto es que las piezas de LEGO cada vez están más ausentes a cada película que pasa y la historia se podría haber contado perfectamente sin necesidad de recurrir a los manidos juguetes, si bien es cierto que siguen concurriendo - de forma aislada, eso sí - elementos meta-referenciales del mundo del juego, como el arma definitiva o la amenaza en forma de gato gigante que rinde un ocurrente guiño a las conocidas películas de kaiju. Se agradece en todo caso la diversión y la consistencia de la trama y que de nuevo se haya dotado a la historia de un sustrato narrativo sólido que permite descubrir varias capas de los protagonistas y sobre todo del malvado de turno, planteando la necesidad de saber ver las cosas desde el punto de vista del otro y la conveniencia de esforzarse en unir a pesar de las diferencias.
Visualmente, como se ha anticipado ya, las clásicas piezas de LEGO son cada vez más difíciles de ver en la saga, que pierde de forma creciente ese aire stop-motion de la primera y se rinde de forma evidente a los recursos propios de las películas CGI, mostrando agua, plantas, bosques y otros elementos de una forma que poco tiene que ver con lo que debería verse si estuvieran construidos con piezas de LEGO. No vamos a abundar demasiado en los reparos puestos ya en otras ocasiones a una animación - realizada por Animal Logic - que hubiera sido más sorprendente si hubiera sido realmente stop-motion con las verdaderas piezas del juego, o como mínimo, emulara en CGI las dificultades de animar los muñecos articulados de la conocida marca; el sinsentido se hace en todo caso más evidente cuanto más insignificante se hace efectivamente el mundo de LEGO en la trama de las películas.



Lo mejor: el tipo de humor y los guiños cinéfilos que caracterizan a las películas de la franquicia y un malvado que resulta más complejo de lo que se suele mostrar en las películas de animación.
En contra: el recurso al mundo de LEGO aparece cada vez más como un truco de márketing.

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