viernes, 15 de septiembre de 2017

Spark: Una Aventura Espacial

"Spark: Una Aventura Espacial" llega bajo el reclamo de estar producida por los responsables de "Operación Cacahuete", que conserva el mérito de haber sido la película independiente de animación con mayor recaudación en sus primeros días de estreno (25,7 millones de dólares en EEUU y 120 millones globalmente). Sin embargo está lejos de conseguir la marca de su predecesora, puesto que se trata más bien de una olvidable producción poco ambiciosa y de baja creatividad, incapaz en su mayor parte de lograr la complicidad o la atención del espectador.


Ideada y dirigida por Aaron Woodley y escrita por Doug Hadders y Robert Reece, cuenta una historia que transcurre trece años después de que el poderoso y malvado General Zhong se apoderara del Planeta Bana usando el poder de una antigua bestia conocida como “El Kraken”, rompiendo el planeta en pedazos y dejando huérfano al simio Spark. Ahora Spark y sus amigos -Chunk y Vix- se enteran de que Zhong planea conquistar el universo usando el mismo poder, y sólo dependerá de ellos detenerlo. Pero antes Spark deberá aprender cuál es realmente su lugar en su propio mundo.
Lo peor de esta aburrida e insípida cinta es que parece haberse concebido para ser directamente una película de segunda, como si ello fuera consecuencia inevitable de lo limitado de su presupuesto. Nada se salva en este largometraje: aparte de una trama desprovista de chispa y con no pocos sinsentidos (como la pretensión de que un ejército entero haya sobrevivido en un planeta desierto durante trece años y sin ninguna protección frente a unos escarabajos gigantes que recuerdan a los insectos de "Starship Troopers") que como mucho se salva en la batalla espacial del último tramo, aunque sea a cara descubierta, tampoco un humor de baja intensidad, el diseño visual, los personajes o la animación contribuyen a compensar el poco nivel de la historia. Visualmente la película ofrece unos fondos pobres y poco variados, a veces incluso totalmente desnudos, y no será precisamente para destacar la actuación de unos personajes pobres en profundidad y totalmente inexpresivos; acaso sólo se salva el malvado Zhong, que como mínimo ofrece una actuación con algunos dejes divertidos en el despliegue de su soberbia y en sus intentos de ganarse el favor de la reina. Spark, el personaje principal, despliega una mínima evolución personal que le encumbre como héroe y es el paradigma de una animación sosa que abusa de la pirueta y del salto imposible, reveladora de una nula atención al peso y el equilibrio.



Lo mejor: unos pequeños escarabajos que al principio son los que ofrecen los momentos más "cómicos" de la película y al final son los que salvan los papeles y acaban cobrando mayor sentido.
En contra: una ambición muy baja que acaba perjudicando tanto la trama como el aspecto visual y la animación de los personajes.

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